sábado, 31 de diciembre de 2011

Los objetos del recuerdo con sabor del tiempo...



Sentada frente al espejo me arreglo un poco, me pongo el colorete, y la máscara de pestañas. Mi sobrina me acompaña en mi habitación, esta contenta de verme, pues acabo de llegar de un largo viaje. Le hago algunas preguntas de como va en el colegio o que va hacer en sus vacaciones. 




La miro de reojo, y veo que esta buscando entre mis cosas de la estantería que esta llena de libros, algunos desordenados, hay documentos, revistas, varios álbumes de fotos, objetos como alguna figurita, una alcancía, incienso, cajas, cajitas. Y ahí la caja de Pandora. Ella, toma la caja y la abre con cuidado, me mira igualmente de reojo con su ojos pizpiretos de pestañas largas y frondosas, y como si yo no me diera cuenta que rebusca entre mis cosas,  no digo nada, es más me agrada su curiosidad, me recuerda a mi propia curiosidad. Ahí están muchas memorias: tarjetas de felicitación, cartitas de amor de adolescente, cartitas de amistades pasajeras, cartitas de amistades profundas, sellos, etiquetas, calcomanías, y alguna que otra foto de la infancia. 




En un instante abstraigo fragmentos del pasado y en el aire las imágenes se tergiversan, se van diluyendo así como van apareciendo. Aquí están aquellos objetos esperando mi visita, los desempolvo, los toco, los repaso uno a uno. Miro a la pequeña, ella esta atenta, buscando algo. -¿Que puede ser? -¿Cual es su interés?- El próximo año cumplirá 11 años, un salto y a la siguiente vuelta. Ahí la veo curiosa, sigo arreglándome, me miro en el espejo y veo mi reflejo estoy  ahí, entretenida a ver que encuentro en la cómoda de mamá, cartitas, un pañuelo bordado, un rosario, unos pendientes, cartas de amor, poemas, sellos caducados, fotos en blanco y negro -¿quienes serán?- Me pregunto, alguien que reconozco otros no lo se. Después preguntaré a mamá, después sabré quien escribió esos poemas...Me alegra esa curiosidad, ese misterio de esas cosas que guardan secretos, y del pasado entretejido en el tiempo. 



Aquí paso los días entretenidos en esta visita, y voy hacia las estanterías, los libros están empolvados. Me estaciono de momento, algo temporal, es el invierno, fresco y calido en este lugar que pisan mis pies. Es un tiempo de dar espacio, me resguardo en la tranquilidad, hacia adentro, en un tiempo de introspección que sigue su línea para ir después hacia fuera, hacia delante.




Me detengo en este libro, mientras lo desempolvo, " mujeres” de Eduardo Galeano.



Un compendio de periódicos del “El excelsior” (1926-1927) empastados en un libro que perteneció a mi abuelo materno.




Libros que se asoman de trás de los retratos: "Mujer que sabe latín" De Rosario Castellanos, “el enfermo imaginario” de Moliere, “por él mismo” de Balzac , “por él mismo” de James Joyce , obras completas de Sor Juana Inés de la Cruz, La enciclopedia de la historia del arte (Editorial Salvat), un titulo que pasa de vez en cuando por cabeza -¡aquí esta!- -¡lo encontre!- de tras de una colección de cajitas: “Cartas del más allá” de Torcuato Luca de Tena. Mas y mas títulos, mas objetos, mas fotos. Apunto de llegar al siguiente estante lleno, y la repisa de figurillas prehispánicas, pero me interrumpe la voz de mi madre -¡ Deja ahí, que no terminarás ya limpiaras otro día!- -¡Ya voy! - le contesto con algo de decepción pues me quedo con las ganas de seguir pero ya es hora de comer.







Esta vez voy a enseñarles la receta de los buñuelos de rehilete, que he hecho como postre, es otra receta de la abuela y el molde también. Hace algunos años empezaba a ser una tradición hacerlos para esta temporada de fiestas navideñas, hasta que un día deje de hacerlos por que no me salieron, sería mi impaciencia o no puse más empeño en la receta, no lo se. Esta vez con la paciencia, el toque y experiencia de mi mamá, la ayuda de mi sobrina y vaya ser que hasta la abuela que me haya hecho un guiño desde el cielo o del otro mundo con amor, pues han salido muy buenos!









 BUÑUELOS DE REHILETE



Receta para 30 buñuelos



- 1 una taza de harina

- 1 taza de azúcar

- 1 pizca de sal

- 1 taza de leche

- 2 huevos

- ½ cucharadita de vainilla

- 1 litro de aceite

- canela (en polvo o raja)



En un tazón grande se cierne la harina con dos cucharaditas de azúcar y la pizca de sal, agregue luego la leche, los huevos y la vainilla. Mezcle todo con un batidor de globo hasta que la mezcla este homogénea. Se deja reposar unos veinte minutos.


A parte en una cacerola grande a fuego mediano, caliente  todo el aceite, (es importante que el aceite este bien caliente así como el molde)  se mete el molde en el aceite esperar a que caliente, se saca se escurre, se mete en la pasta y se sumerge al ras, (no debe cubrir todo el molde), con cuidado se coloca en el aceite y con la ayuda de una palita de madera se desprende el buñuelo, se deja dorar por los dos lados se saca y coloca en una charola con papel de cocina, se espera a que enfríen, y se espolvorea con el azúcar, previamente puesta en otra charola con la canela  ya sea en polvo o en raja.

Si se animan, les recomiendo mucha paciencia..!!






2 comentarios:

  1. lindo grichi y los bueñuelos ricos!! me gusto mucho la entrada besos

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  2. Me encantó el molde!! ¿qué aceite prefieres utilizar? Feliz año Grisel!! ¡que sea literario, culinario, amoroso!!! te mando un guiño, desde el frío...

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