lunes, 20 de agosto de 2012

Cielo gris, cielito lindo, con sabores de agosto...



El verano pasa rápido, será que cuando somos niños los veranos son eternos y ahora pasan... ¿volando? puede ser, el hecho es que ya esta llegando septiembre. Pero mientras eso sucede, esos momentos del "veranito" quedan instalados como eternos instantes en nuestra memoria plasmados de imágenes, de sensaciones, como de distintos sabores que recordar. Mi intención con este blog, es compartir esta libertad que me permite esta herramienta, de contar algunas historias que a veces puede que conmuevan otras no, pero eso sí aderezarlas con imágenes, y sabores como de un rico ¡bocado!  de comida mexicana o lo que me inspire cocinar...

Publicidad de un supermercado en Helsinki

 La gastronomía, algo tan importante por lo menos en mi vida que me permite encontrar da alguna manera los hilos que conecten con mis raíces, (la cocina mexicana) sobre todo cuando se vive en el extranjero.  Los invito a una "probadita" de este otro país escandinavo y algo más...




Son las 3 pm.  mi marido me apresura tenemos que salir con tiempo pues el crucero sale exactamente en dos horas. Tengo mi maleta preparada para dos noches... 



Listos para cruzar el mar báltico, el tiempo parece bueno para un verano escandinavo aunque unas nubes en el cielo condensadas se cruzan también por nuestro camino, no importa mientras no sea un tiempo de huracán como en el Caribe aunque preferiría un poco mas de calor y algunas palmeras, parece que el tiempo cambiará veo una mariposa posada sobre el pasillo..



Hemos iniciado nuestro viaje, ya instalados en un sitio que nos permita apreciar la ruta, me pierdo  por unos instantes entre ese paisaje dramático... el gris del cielo, de nubes en pleno llanto, haciendo un compás con las rocas de las islas. 




Desde la parte frontal de la nave, el cristal se empaña de vez en cuando y borrosamente vemos como se van perdiendo las islas del archipiélago para entrar en el mar báltico, intento contar las últimas que se van cruzando en nuestro camino, las más grandes mostrando los borbotones de la naturaleza al contraste con los techos rojos y algunos amarillos de las casas típicas, otras pequeñas mostrando rocas con escasas plantas, y  la del faro con su soledad... 



Ahí desde el bar sentados en primera fila y escuchando música de los 80’s. a veces mis pies se mueven al ritmo de la música o quizás sin darme cuenta por el movimiento del barco.




La vista es como si fuera una escena de una película de Ingman Bergman, el drama continua los grises contrastan con los puntos blancos de las gaviotas, y algunos veleros a lo lejos desplazándose a la velocidad del viento. La cámara parece estática, esperando la siguiente escena, pero solo nosotros nos movemos hacía nuestro destino.




Finlandia, tengo grabado el nombre de este país , el recuerdo de un paisaje invernal níveo, frío y una foto de una mujer posando con un sombrero tejano, unos jeans, y un cigarrillo en la mano. Era  como una pose de una modelo de principio de los 80’s. Esta amiga de uno de mis hermanos que desde Helsinki le enviaba postales y fotos, a él le gustaba conocer gente de todas partes el mundo, romper fronteras y esas fronteras se rompían entonces a través del correo postal. Motivo de emoción, tantas veces en espera del cartero con una nueva carta, un nuevo paisaje. A mis 10  años no solo podía imaginar ese país con santa Claus subiendo por el techo dejando los regalos a los niños, si no que me preguntaba como serían sus costumbres, la vida en un país invernal de noches tan largas y días tan ¿cortos?, algún día cruzaríamos de verdad ¿las fronteras?, entonces eran solo sueños...




Pero regresando al otro escenario, después de una tarde y una noche entera, hemos desembarcado en esta tierra, ahora vecina mía del norte...



Aquí  el aire aún es más fresco que el de Estocolmo, la luz parece más clara o será el viento que empieza a despejar las nubes. 


Nos acercamos a un edificio antiguo...un pequeño mercado junto al puerto. 

Esto es como el set de una película, es impecable. Veo los  diferentes manjares, la presentación de los productos mas típicos empezando por el salmón, los arenques, las gambas, los cangrejos, y mas... 







Estas gambas me recuerdan al ceviche mexicano pero no lo es, veo otros productos como el de la foto abajo que no probaría... 



Algo de energía, un café y un buen bocadillo para el desayuno. 



Ahora, salimos y vemos más adelante unas barcas aparcadas en el puerto algunos vendedores con fruta, verdura  y pescado...





Me encanta esta parte del paseo, cuanta actividad se aprovecha    pues el verano que es tan corto, puedo imaginar el invierno desolado en este mismo puerto. Lo que no puede dejar de ser familiar, son los mercadillos lleno de stands de cosas, souvenir, puestos de comida casi como los de mi pueblo (me entra la risilla)...




También es el año del diseño en ¡Finlandia!





La sorpresa es que me encuentro con un paisano, (mexicano) que tiene un stand, diseña junto con su chica filandesa joyería con material reciclado (goma de ruedas, llantas), me comenta que aun falta que se valore más en México...será ¿cierto? 





Después otro stand de una mujer colombiana, diseñadora de joyería de plata que solo utiliza este tipo de piedra semi preciosa del sudeste de Finlandia la “espectrolita”. 


Ella nos cuenta su historia de cómo llego a Finlandia hace 20 años. No me permite hacer fotos por protección a sus diseños. Así continuamos el paseo... al fondo se ve la catedral blanca que remite al estilo de la de San Petersburgo



Niñas sobre un "puff" diseño finlandés con hongos "Kantareller"



Hasta que por fin decidimos tomar asiento en un de esos puestos para probar algo típico, este escenario me deja sentir de pronto algo  familiar -¿que es?- De repente fue mi primera impresión al ver esos sartenes enormes parece un puesto de "enchiladas", o "taquitos", (recordando a los de mi tierra...)  pero no, esto es otra cosa también una ¡delicia...!







Nos disponemos a degustar estos platillos: filetes de salmón, pescaditos patatas , verduras fritas, salsa tradicional y una cerveza fresca por supuesto ¡finlandesa!










Aquí acaba mi cuento estamos de regreso en casa, para esta ocasión me  inspira preparar unas "enchiladas" no se sabe quien invento este platillo mexicano, pero hay una variedad y formas de prepararlas. Por ejemplo para mi las más clásicas y famosas son las "placeras" la rojas de mi región. De las que mas recuerdo eran las que preparaba mi nana en ocasiones especiales algunos cumpleaños con los amigos o para un sábado familiar.


Enchiladas rojas
(En memoria a mi nana y en recuerdo a los amigos que probaron aquellas sabrosas enchiladas...)










Ingredientes:

- 12 tortillas
- 4 chiles anchos
- 3 chiles guajillo
- 1 ajo mediano
- 1 taza de caldo de pollo
- 2 papas medianas cocidas (cortadas y rebanadas)
- 2 zanahorias cocidas (cortadas y rebanadas )
- 1 calabacín (cortado y rebanado )
- 1 cebollas picada
- orégano seco
- aceite de girasol
- 4 muslos o piernas (patas)  de pollo cocidas
- queso fresco o tipo feta (para los que viven en el extranjero)
- repollo o col 

Preparación:

1.-Se tuestan los chiles (cuidado que no se quemen) y se colocan en un recipiente con agua caliente a que se ablanden, se escurren y se sacan las semillas, se muelen con el ajo y un poco de sal y un poco agua donde se ablandaron los chiles para poder licuar más fácil.

2.-Se fríe la salsa  con 3 cucharadas de aceite caliente y se condimenta con sal al gusto. Se añade el caldo de pollo y se continua el cocimiento. 

3.- Se humedecen las tortillas en la salsa y se fríen en la sartén con el aceite caliente, se añade un poco de cebolla, orégano y queso y se doblan como un taco.

4.-El pollo se dora un poco en aceite y las verduras.

Se colocan en el plato y se acompaña con salsa de jitomate y repollo picado.





Salsa de tomate

Licuar: 

- 3 tomates cocidos
- 1/4 de cebolla cocida
- 1 chile serrano
- sal al gusto






¡Hasta la próxima!






miércoles, 1 de agosto de 2012

Sopa de letras con sabor a Suecia...


Después de hacer una pausa, y poner toda mi concentración en otros quehaceres regreso con la mente mas clara, y  tratando de asimilar algo que ahora empieza a tener sentido. Me refiero a esta tarea de aprender una nuevo idioma con raíces tan distintas a las de mi lengua materna. 


Para empezar como todo principio, he tenido que dedicarme y  poner todo mi esfuerzo, aunque tuviera una madeja de nudos en mi cabeza o en momentos apunto de estallar por tanta información. Intento, intento... tomarlo con calma. 


En algún momento, recordé aquella rica "sopa de letras” que nos daban cuando éramos niños, a veces o hasta un día por semana  tocaba comerla, aunque algunos niños renegaban de esta sopa, a mi me gustaba, antes de probarla solía rotar y rotar con la cuchara hasta enfriarla o mirar unos instantes tantas "cositas" esa letras que devoraría, esa sopa hecha con amor y sazón de la cocina de nana o mamá.

Entendí con el tiempo que esa sopa a parte de ser un platillo sabroso y nutritivo para los niños, tenía un propósito pedagógico, una manera de aprender las letras del alfabeto.

Hablando del mundo pedagógico, y después de haber cumplido   un ciclo de 4 estaciones de vivir en este país nórdico, he podido dar inicio y empezar mis primeros cursos oficiales (básicos) de este idioma el sueco.

Me sentí entusiasmada de poder estudiar un nueva lengua en la universidad (folkuniversitetet), aunque un poco extrañada... Sí, y ¿quien dijo que  era tan sencillo, aprender un nuevo idioma?  sea por necesidad o por gusto y para quien se lo propone, es todo un ¡reto!

Digamos que este idioma, no es muy fácil... Para ser sincera me sentí como  niña pequeña que empieza desde cero. Lo que es duro y no puedo negar es que esa facilidad para aprender no es la misma, quisiera que mi memoria fuera tan  fresca como cuando era pequeña, absorber como si fuera una esponja.  

Siendo realista quiero decir que, personalmente siempre me ha costado... implica todo un trabajo concentrarme, que pienso a veces: -¿tendré algún problema?- -¿Será que soy "zurda"?-que confundo la gramática, con la ¿geografía? (me entran risas...)



Sin embargo y curiosamente mi oído empieza acostumbrarse (eso creo...) por lo menos a un tono distinto, que cuando me doy cuenta empiezan a llegar las palabras, aunque como piezas de un puzzle y con gusto de una sopa distinta, pero poco a poco empiezo a decir frases y entonces me sorprendo de la capacidad del cerebro humano.  Esto ya es ganancia,  que  debería ponerme una estrella en la frente.


Así  empieza esta introducción algo de gimnasia para la memoria  apenas una pequeña parte de un nuevo repertorio, un poco de canto, un poco de práctica. 


Juegos, juegos pedagógicos, imágenes que hablan. Aprovecho, los libros para niños, periódicos, revistas, música, imágenes, y mas...sigo en el ¡intento! 




De momento la lección de hoy es practicar con la cocina o pastelería sueca algo tan típico que casi cualquier sueco puede hacer. Esta vez aprendiendo hacer Kanelbullar con la ayuda de  min man ( mi esposo, en sueco).


 Kanelbullar / rollos de canela  (48 piezas)

Ingredientes:
- 5 tazas de leche
- 100 g de margarina o mantequilla
- 50 g de levadura
- 1/2 cucharadita de sal
- 1-1 1/2 taza de azúcar

- 2 cucharaditas de cardomomo
- 13- 14 dl de harina (1 dl = 1/4 taza)
- 1 huevo (para barnizar)
- Azúcar perlada
- Temperatura del horno y el tiempo de cocción:
-  Rollos ( 225-250 · C) , 5-10 min

Preparación:


-Calentar la leche a 37 · C, y luego bajar a temperatura ambiente.

-Desmenuzar la levadura en un tazón grande y revuelva con una pala de repostería. Añadir la sal, el azúcar, el cardamomo y poco a poco la mayor parte de la harina. Guardar un poco para la cocción. La masa debe quedar suave, brillante y muy suelta.

-Espolvorear con harina, cubrir con una toalla y dejar crecer la masa durante unos 30 minutos.

-Trabajar la masa en el recipiente, y colocarla sobre una superficie enharinada y amasar bien hasta que la masa se desenganche de la mesa.

-Nuevamente dejar la masa reposar otros 30 minutos.

Propuesta para llenar:

-50 g de margarina o mantequilla (extender sobre la masa estirada.
Espolvorear.

- Azúcar y canela
- Azúcar, la vainilla y cardamomo
- De azúcar y almendras molidas
- Ralladura de pasta de almendras
- Pasas y naranja (deshidratada) picada
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-Extienda la masa de forma rectangular con un rodillo, añada la mantequilla o margarina, 
-Espolvorear con el azúcar y especias (lo que haya decidido)
-Enrolle la masa.

-Cortar la masa en las piezas 2-3 cm de largo de espesor. 
-Colocar las piezas cortadas directamente en formas para los rollos.
- Colocar en las bandejas para hornear.
- Pincelar con huevo y espolvorear con azúcar perla.





Hasta la próxima!