jueves, 6 de diciembre de 2012

Tiempo de todos los santos...



Hace unos días que mi clima ha cambiado: los colores, los olores, los sabores...  - Suecia- México- 16 horas de vuelo con escala en “La ciudad luz”, claro esta que  ha sido mas largo el recorrido que en anteriores ocasiones, mi organismo parece sentirse mas agotado esta vez, pues ha tomado mas tiempo adaptarse. Será que estoy entrando en una nueva ¿fase? , que dentro de mi hay una revolución maravillosa y que estoy más -¿Sensible...?-


Finalmente estoy aquí de visita, para contarles desde mi tierra...


 Días de calor en otoño, casi invierno, -¡ Un poco de fresco y de lluvia!- sin embargo es agradable cuando siento como una estela de sensaciones; ramillete florido se dispersa y me estremece como el vaivén de aquel viento que deje en el norte gélido. Es noviembre y se acerca el día de festejar a “todos los santos”,  el día de “los muertos”, de “las ánimas”.



Me encuentro aquí en tiempo de luz mágica que calienta suavemente, donde a la muerte se le celebra como a la vida misma, aquí donde a la muerte se le llora, se le canta; a veces acompañada entre risas y bromas recordando a los que ya se fueron.



Hacia muchos años desde que me fui a vivir  a España y  finalmente a Suecia que no participaba en este día tan especial “el día de los muertos”. Esa sobriedad sobre la muerte que existe en el occidente es lo contrario a nuestra idiosincrasia. 





Pareciera que fuera un sueño después de que mi nana pasara a la otra vida ( hace 8 meses) , cuando entonces no puede estar presente en el lecho de su muerte. Pero hoy, “aquí y ahora” en este tiempo colorido y apacible pienso aún mas en ella; me imagino que se ha ido a un largo viaje donde no existen fronteras, donde el descanso es eterno. 



Esta tradición del " dia de los muertos"  es una de las mas bellas de mi tierra, especialmente para nosotros y en esta parte geográfica de la sierra purepecha, donde hemos pasado parte de nuestra infancia. En esta ocasión me encantaría compartirles este festejo en honor a “nana Chuchita” creo que algunos de ustedes quienes se han interesado o tenido curiosidad de leer mi blog de vez en cuando, les debe parecer  también familiar ya que algunos de mis escritos están dedicados a esta gran mujer (tan importante en nuestra familia). Quizás estos escritos sean parte del preámbulo de uno de mi sueños desde muy joven,  escribir un libro sobre su vida y su cocina. Mientras continúo...


31 de octubre.

Estoy lista para ayudar a mi hermana la pequeña, quien se ha encargado de preparar con antelación todos los preparativos para esta celebración. Nos esperan los cubos repletos de flores de cempasúchil y de celosía,  flores de nube, palmas para el arco de flores.  Las calaveras de azúcar, las “calacas” de palma,  las velas, el cirio, el copal que simbolizan diferentes significados en el altar, a parte de otros detalles como el papel picado para decorar la casa.



 -Es extraño- , le comento a mi hermana... y como si me leyera el pensamiento - sii...- me contesta ella abstraída entre sus pensamientos. -Es como un sueño- continúo... recurrimos a las memorias de nuestra infancia: correteamos entre los pasillos y el solar de esta casa, contemplamos las risas y el llanto de la gente que acompaña, mientras que nosotros formamos parte de algo que no entendemos...

-Si- ¿verdad? – confirmamos  al mismo tiempo nuestra realidad entre el intenso aroma del cempasúchil y el olor fresco del  “huinumo” (hojas de pino fresco)


Ahora nuestra conciencia alcanza a comprender eso que es lo natural de la vida, como los sentimientos parte de lo humano, nos acompañan en tiempos de duelo. 





A decir verdad la tradición en esta zona, no es conocida como la de Patzcuaro, Janitzio o Tinzuntzan y sus alrededores entre otros. Aquí en este pueblo de la sierra purepecha, se hace un festejo donde la gente dice que “hay animas”, es principalmente solo en casas donde han fallecido  aquellas personas en el año en curso. Ahí es donde se hacen los grandes altares, se preparan los nacatamales ( tamal típico de esta región para esta fecha) . El día primero de noviembre los familiares y conocidos de la persona que falleció llevan una ofrenda por lo general comida o fruta, como: plátanos, manzanas, mandarinas, o el típico pan de “muerto”. Los  visitantes llevan una ofrenda la entregan a algún familiar que los recibe y los va colocando en el altar. A cambio y en agradecimiento se les ofrece: tamales y bebida, o algún detalle ya sea un plato o taza de barro con el nombre del fallecido.



Durante este día desde la mañana hasta la noche desfilan las visitas con sus ofrendas. Por la noche como a las  8, concluye el festejo con el recibimiento de 16 jóvenes que representan a unos soldaditos incluyendo el capitán. Estos llevan una cañas (de azúcar) que  representan el fusil. Ellos se preparan antes en la plaza del pueblo y van de casa en casa donde hay “animas”, detrás de ellos les sigue gente del pueblo y la banda de música, así van de casa en casa de los festejados. Se dice que van cortando con su armas lo que se les cruce en el camino. 



Nos cuentan diferentes personas esta tradición, el significado que es que estos jóvenes representan el anima del difunto, que destruye lo que más le gustaba  para llevárselo con él al otro mundo: plantas, cazuelas, flores, etc. (excepto que respetan el altar). La  familia del difunto a cambio les  regala comida, fruta y aguardiente. Y así estos hombres recorren el patio y salen por el solar, al resto de la gente  también se le regala nacatamales y fruta. Al siguiente día las ofrendas que han llevado al difunto se reparten por la mañana en el panteón.

Continuamos con los preparativos, algunas muchachas le ayudan a mi hermana a preparar el “huinumo” . Con una de las muchachas empezamos a forrar el arco con las flores que enmarcará el altar, 




así se nos va el día recordando... entre risas y alguna lagrima de alegría y nostalgia... -¡Ay la  nana cosa seria!-, guerrera incansable hasta el final de sus días...-¡Escucho un canto!-  decía ella mirando en su propia habitación –¡Hija mira esos músicos!-
 -¡Donde, Chuchi, donde!- le contestaba mi hermana..., Seria que su hora se iba ¿acercando?
   

- ¡Ya casi todo esta listo!- ¡Estamos un poco cansadas pero contentas!-







 -Quien iba decir-- ¿verdad?- Todo tiene un tiempo que -¡no perdona ni a los más despistados!.



1 de noviembre.

Hemos llegado temprano, ya esta todo casi  listo,


solo esperamos los nacatamales aunque no quisiéramos  perder esta parte de la tradición como cuando nana y sus hermanas hacían aquellas ollas de barro enormes de nacatamales que desde muy temprano se reunían ha prepararlos.




Pero mi hermana ha tenido que mandar hacer los nacatamales por cuestiones de gestión y tiempo con una mujer del pueblo.



 Algunas personas van llegando yo voy recibiendo las ofrendas, nos disculpamos por que aun no tenemos listos los tamales, afortunadamente mi hermana a preparado unos detalles: rosarios, pan y unos dulces mientras nos entregan los esperados “nacatamales”.





Ya son casi las doce del día. Mientras una de la muchachas que nos ayuda dice: -¡Ya son las 12:00!- -¡ ya están las “animas con nosotros”! –¡Ya esta Chuchi aquí..!




- La piel se me pone de gallina y la garganta se me cierra por unos instantes estoy un poco resfriada - ¡ya hace fresco!-

Llegan el resto de nuestra familia,  seguido de amigos , algunos familiares y mas, y mas gente...







Degustamos los nacatamales, el ponche y el altar se va llenando poco a poco hasta el anochecer donde se funde un gran colorido entre  frutas panes y la luz de las velas.







 Entran los ¡soldados!..




Nacatamales de Zacán



¡Hasta la próxima!






domingo, 30 de septiembre de 2012

Cuento que te cuento agua de otoño...




Aunque a veces nos agobien esos eternos días de lluvia de verano, días grises que abundan en este país, se agradece que no falte agua en estas ricas tierras. Hemos tenido buenas ventiscas durante esa corta y tan esperada temporada por los suecos, se fue el verano y ha llegado el otoño.... así continúan las lluvias acechando ya el frío. Mi madre me cuenta que tampoco en mi tierra para de llover, entonces con la esperanza evoco aquellas eternas lluvias de verano, de otoño y el olor fresco ya en la calma. Así continua siguiendo su ciclo la naturaleza  a veces duro, pero cierto que al final de cada temporal siempre sale el sol...




Toques de colores tornasolados bajo las nubes se asoman ya, y la luz brilla dejando sombras que perfilan el encuentro de una nueva era... 






Entre tanto hoy me preparo para ir al bosque en busca de la famosas setas de la temporada Kantereller



Y a propósito  hace ya un año que comencé este blog y en mi primer post haciendo alusión de las setas, donde contaba también esa historia sobre como a mi abuela materna, le encantaba cocinar  aquella variedad de hongos de la zona ( en la sierra purepecha), tanto le gustaba que se arriesgaba hasta cocinar aquellos que no eran conocidos..


 Me alegra recordar esta experiencia que desde que era una niña no lo hago, ir cosechar setas. Las de mi tierra las más típicas “trompas de puerco” ya no se consiguen como antes en abundancia  son escasos por lo tanto mas caros.

"trompas de puerco"

De este lado, iremos en busca de la setas kantereller a ver que encontramos, y a disfrutar de estos bosques. Nos dirigimos hacia el sur de Estocolmo, aprovechamos un escaso día de  sol  aunque no se sabe si podría llover en cualquier momento a pesar de mirar el pronostico del tiempo.

Nos acercamos a una zona que se llama Gärna, y luego nos dirigimos hacia Ör en esta zona la hermana de mi marido tiene guardado su caballo, un hermoso caballo que estuvo a punto de ser sacrificado por su primer dueño pero esa es otra historia. 




Hacia tiempo que no visitaba una casa con una granja de esas de verdad, con un gallinero de verdad, un corral de cabras de verdad, con un corral de cerdos de verdad, y de verdad como los de los cuentos de ¡Hans Christian Endersen!.









La pequeña hija de la dueña de esta granja juguetea en plena libertad mientras la señora cuenta la historia de estas tierras, la pequeña tiene un gran espacio para jugar, donde tiene su casa de muñecas toda equipada en pleno campo, así corretea trepando por los techos de sus vecinas las cabras. A lo lejos se ven unos gansos, serán de ¿verdad?



Intentamos apresurarnos pues no es tan temprano como parece,  ya empieza a oscurecer mas temprano que hace una semanas,  así que debemos aprovechar el tiempo. Respiro para sentir el aire fresco pero de pronto como olas  llegan aquellos olores de excremento de  caballos, cerdos, gallinas, conejos... 



Estamos listos, la hermana de mi marido nos guía ya montada en su caballo, me invita a montar pero no me atrevo. Aun en mi memoria recuerdo aquella caída, que me dejó llena de morados como para recordar un tiempo.



Poco a poco nos vamos introduciendo en el bosque, las hierbas se enredan en nuestro pies, a veces el lodo suave se pega a nuestras botas. Luego subimos una pequeña cuesta en búsqueda de nuestras presas, observo con mirada de conejo a ver si tengo suerte, frente a mi se expanden alfombras de musgo y abundantes helechos. Entre los arboles se cuelan lo rayos de luz como navajas que marcan los distintos verdes.





Que riqueza de ¡naturaleza!. Aquí están he encontrado unas pequeñas islas de hongos justo en las faldas de los árboles, que resaltan por aquel intenso color naranja y esos puntos blancos. Así otras y otras, esto esta lleno de ¡vida!



"amanita muscarea"





Finalmente hemos conseguido unas cuantas...


"trompeta de los muertos"


Por lo menos hemos conseguido las suficientes  para degustar este manjar. Vamos a ver que cocinamos algo sencillo. Si no volveremos a otro bosque en su búsqueda, si esto es el comienzo de la ¡temporada!









Crema sencilla de setas 

- 3 tazas setas Kantereller
- 1 ajo picado
- 1/2 cebolla picada
- 1/4 taza de crema
- eneldo
- mantequilla
- 2 tazas de caldo de pollo
-sal y pimienta

*separar  algunas setas para decorar.

Preparación:

Se sofríe el ajo con la cebolla en la mantequilla y se añaden las setas unos 10 minutos a fuego medio. Una vez suaves se muelen con el caldo, el eneldo, sal y pimienta al gusto. Se pone en la cazuela previamente caliente. Cuando este apunto de hervir se añade la crema se mezcla bien, se deja unos minutos más y listo. Se acompaña con pan ¡fresco!

¡Hasta la próxima!