martes, 5 de junio de 2012

Y en junio, una historia con sabor de sueños...





La noche anterior había cenado “Pollo tikka masala”, estaba acostumbrada a los platillos condimentados, y a todo tipo de especies. Últimamente tenía la sensación de salivar, recordando los  sabores de su tierra y aunque este platillo era de origen hindú, el sabor le hacía reconciliarse con algo profundo, era como si se arrullara en los brazos de su madre o le llevara a su origen, al hogar. 



Sentía tan presente el aroma y el sabor de las especias, más aún el picante que le llevaba hasta alcanzar fuego en su boca. Las cosas agridulces como los frutos tropicales especialmente la papaya y el mango era lo que mas añoraba como  “Un pico de gallo”.


( fruta en trozos condimentada con chile en polvo, sal y limón)

Firmemente recordaba los pasos desde que se había marchado y antes de partir de su tierra, recordó una frase que la hacia llenarse de fuerza. “árbol de la fortaleza, mantente siempre firme” (recordando a la artista Frida Kahlo). 




                                                    
Entonces levantaba la cabeza y alargaba el cuello como un cisne. Imaginó entonces, los lugares lejanos y  por los que había andado...


                             


De pronto le vino a la memoria aquel libro que había leído muchos años antes de emprender el viaje, de un escritor de su país que admiraba tanto como a su padre. En gran parte le atraía su intelecto, y la riqueza de su lenguaje, un hombre de una gran cultura, crítico, analítico, de ideas profundas y democráticas, comprometido con su país. 

Sin embargo ha su padre lo admiraba aun más,  había dejado el mundo de los mortales hacía más de una década, pero seguía vivo  en su corazón y la admiración por él seguía presente, no olvidaba lo humanitario que había sido y menos olvidaba su dignidad hasta el lecho de su muerte. Aquel titulo recomendado por su padre quien era antes que ella gran admirador de aquel escritor (Carlos Fuentes), se llamaba “El Naranjo” conformado por 5 relatos, aunque ella no recordaba todos los detalles, pues ella misma decía que tenía mala memoria para recordar, sin embargo siempre que leía recordaba la esencia, y como en este libro aquel mensaje... " la fertilidad de aquel árbol, el mestizaje, su tierra y la verdad sobre algunos frutos, como aquella semilla que viajo y viajo en tiempos remotos desde Siria tan lejano hasta llegar a la tierra, y donde ella había nacido". 


                              

Se imaginaba en momentos como en una regresión y consciente que cuando al abrir los ojos por primer vez ante el mundo, derramaba unas lágrimas cristalinas. Serían de dolor, serían de alegría de nacer, pero era al fin y al cabo ese momento justo, ni antes ni después, pues así lo había querido el universo, el nacimiento en ese punto geográfico, en aquella tierra prodigiosa y cálida, de inmensa energía que emana como la fuerza de un imán ( Esa tierra llamada “el cuerno de la abundancia”). 




Seguía imaginando y recordando el mensaje que había marcado en ella ese libro, aunque transformara ciertas cosas la esencia era lo más importante... "hubo entonces, primero una semilla desde Siria, para convertirse en un árbol, luego cubrió sus ramas de florecillas perfumadas y seductoras, hasta el momento de dar a luz un fruto redondo y jugoso, de color intenso,  como un signo del nacimiento de una nueva era". De pronto todo aquello le hacia viajar nuevamente entre la realidad y sus memorias,  algo le hacía rondar en su cabeza. No era casualidad tal o cual cosa, se daba cuenta que algo estaba tan unido y conectado entre norte y sur, entre tierra lejanas.


                                       

La noche después de comer el pollo tikka masala, recordó que había tenido un sueño algo más profundo y extraño, como si las especies se hubieran introducido como sensores al estado rem, o por lo contundente de aquel delicioso platillo. 


                       


Intentaba evocar entonces aquel sueño en episodios, a veces de imágenes incongruentes y otras como siguiendo el hilo claro de una historia. Sintió que se había incorporado y había despertado de aquel sueño pero de un momento a otro sintió como si se encontrará flotando entre una nube de vapor.




De repente se vio a si misma en la acera de una calle poco transitada, vestida con un lindo vestido satinado de florecillas blancas que relucían al contraste con el amarillo de la tela, era de un estilo primaveral pero elegante, le llegaba por debajo de la rodillas y ceñido sutilmente a su cuerpo, podía mostrar su silueta de curvas de mujer latina. 




Entonces toco su cabello medio ondulado, con unos rulos o “rollos”  al estilo años 40’s , medio cogido con unas orquillas doradas decoradas con unas pequeñas mariposas; llevaba también un bolso grande de mano era de ante  en color verde como la “malaquita” que parecía combinar casi a la perfección...








                                 
Sintió en el interior del bolso algo que abultaba, introdujo su mano izquierda indagando poco a poco... se dio cuenta que era otro vestido estampado con flores y pájaros.  Levanto la cabeza y miro hacia el frente, vio que había una tienda de objetos vintagese preguntaba tratando de descifrar...





Volvió a mirarse de arriba abajo, haciendo un giro sobre ella misma, toco sus labios y sintió un dulce sabor, llevaba los labios pintados de color rojo, y al mismo tiempo  hacían juego con los zapatos rojos finos de tacón. 


                     


Nuevamente repasó su mirada de arriba abajo, vestida con el nuevo vestido que había sacado antes del bolso verde "malaquita".




No entendía que pasaba... entonces se pregunto –¿Donde estoy?- De repente escucho una voz que sonaba tan dulce pero lejana como en eco -¡Estas aquí!- ¿Como?- volvió a preguntar sorprendida -¡Aquii..!- contesto nuevamente la voz, pero sonaba aún mas cerca. De pronto sintió tan claro como la luz en un día de luna llena, la presencia de una mujer y detrás de esa mujer la presencia de un hombre que solo observaba, tranquilo. –¡Aquí contesto la mujer!- nunca te fuiste, siempre has estado aquí... Pero -¿Cómo?- contesto ella una vez más, pero si yo me fui hace muchos años.  -¡Sii! - te fuiste- contesto nuevamente la voz de la mujer -pero siempre has regresado- Esta es tu casa.

En ese momento empezó a respirar rápidamente y los latidos de su corazón parecían acelerados, ¡¡ tengo que levantarme!! Ya había sonado el despertador. 

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Es domingo y no para de llover, así que en la calma, creo que tengo ganas de preparar algo que me remita... pues tengo cierta sensación... de apetito y ¿ porque, no?, tengo todos los ingredientes y ¡aquí vamos!


Este platillo el "pozole" últimamente me encanta, me he reinventado, viviendo en el extranjero, a parte no es necesario tanta grasa, me parece un bomba de vitaminas y ¡nutritivo! con eso tengo para el "lunch" del domingo. Lima- limón-picantito, jmmm..


Reinventando un "Pozole verde" a mi estilo, Michoacán.  ¡Especialmete para los que vivimos en el extrangero!






Ingredientes:


- 1 pechuga de pollo cocida y deshebrada aprox. (medio kilo)
- 1 cebolla morada divida en dos partes
- 1 aguacate en rebanadas
- 2 ramas de epazote
- 1 pimiento verde mediano
- 1/2 manojo de cilantro
- 1/2 manojo de perejil
- 7 tomates grandes verdes hervidos o (1 lata pequeña de tomate   verde)
- 3 chiles serranos o ají verde fresco
- 1/ 2 cucharadita de comino
- 5 hojas de lechuga picada 
- 3 hojas de lechuga
- 1/2 kilo de maíz cacahuazintle precocido o "mote" pelado ( que se consigue en tiendas de productos latinos)
- 7 rabanitos frescos
- orégano
- pimienta fresca
- 2 limas o limones
- 4 ajos


* se acompaña con tostadas (o para los que viven en el extranjero se puede acompañar con nachos)




Preparación:


Se lava el maíz o en el caso del "mote" y se cocina a fuego medio con el caldo donde de cocino la pechuga, un trozo de cebolla y los ajos, se deja  aprox de 3 a 4 horas o hasta que este suave y se abra el maíz, se baja a fuego lento y se deja hervir. Se retiran los ajos. 


A parte se licuan los siguientes ingredientes: los tomates o la media lata de salsa verde, un chile, el pimiento, el perejil, el epazote, el trozo de cebolla se sazona con sal y pimienta, comino y  un ajo y se añade un poco de caldo para que se licue con facilidad.  Se sazona con sal y pimienta. La salsa se cuela y se agrega al pozole. Se prueba y se asegura que tenga suficiente caldo, se deja hervir 20 minutos más a fuego lento.


Se sirve caliente y se adorna con lechuga picada, unas rebanadas de aguacate, rabanitos, orégano, unas gotas de limón y chile serrano picado. Y se acompaña con tostadas de maíz o nachos (totopos). 


¡Que disfruten!












3 comentarios:

  1. miam miam Gris! y los dibujos son tuyos?

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  2. Como siempre lleno de sabores, de olores.... que viaje tan maravilloso mi queridisima Gris.
    Gracias por la receta!!
    Besitos, Itzel

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